Graphic designer based in Valencia. Branding, 3D & 2D Animation, Illustration, Editorial, Digital design & Artworks.
En 1967, el pueblo de La Cartuja de Monegros nació como un lienzo en blanco. Sus calles cuadriculadas acogieron a 82 familias colonizadoras que, entre reuniones y celebraciones, encontraron en el patxaran una bebida que acompañaba sus momentos más significativos. Elaborado de manera artesanal en muchos hogares, este licor de endrinas se convirtió en un símbolo de convivencia y tradición.
Este proyecto de diseño de packaging busca convertir al propio producto en una ventana a ese pasado. A través de un troquel en forma de ventana en la etiqueta, la botella revela, a medida que se consume el licor, una instantánea de esos recuerdos compartidos. De esta manera, el patxaran no es solo una bebida, sino también un testigo de la historia del pueblo.
Los apellidos de aquellas familias que dieron origen a esta tradición envuelven el diseño, reforzando la identidad y el arraigo del producto. Así, este patxaran no solo mantiene su esencia artesanal, sino que también da un salto de calidad, aspirando a posicionarse a mayor escala dentro del mercado.
El objetivo de esta marca es revolucionar la percepción del patxaran, alejándolo de estigmas anticuados y reivindicándolo como una bebida para el disfrute pausado, un símbolo del aperitivo como un momento de encuentro y celebración.
En 1967, el pueblo de La Cartuja de Monegros nació como un lienzo en blanco. Sus calles cuadriculadas acogieron a 82 familias colonizadoras que, entre reuniones y celebraciones, encontraron en el patxaran una bebida que acompañaba sus momentos más significativos. Elaborado de manera artesanal en muchos hogares, este licor de endrinas se convirtió en un símbolo de convivencia y tradición.
Este proyecto de diseño de packaging busca convertir al propio producto en una ventana a ese pasado. A través de un troquel en forma de ventana en la etiqueta, la botella revela, a medida que se consume el licor, una instantánea de esos recuerdos compartidos. De esta manera, el patxaran no es solo una bebida, sino también un testigo de la historia del pueblo.
Los apellidos de aquellas familias que dieron origen a esta tradición envuelven el diseño, reforzando la identidad y el arraigo del producto. Así, este patxaran no solo mantiene su esencia artesanal, sino que también da un salto de calidad, aspirando a posicionarse a mayor escala dentro del mercado.
El objetivo de esta marca es revolucionar la percepción del patxaran, alejándolo de estigmas anticuados y reivindicándolo como una bebida para el disfrute pausado, un símbolo del aperitivo como un momento de encuentro y celebración.